Domingo 7 de Febrero, embarcamos por Aerolineas, hacia Roma, en vuelo nocturno. Yo estaba con nervios y emocion, entremezclados, por ser la primera vez que volaba, y por el destino elegido. Fue un vuelo agitado, no por las condiciones climaticas, sino porque viajaba toda una delegacion de juveniles de Rugby, que iban a Londres , via Roma , a disputar un torneo, y ya sabemos como son estos grupos de muchachos, pero en fin, a la mañana del lunes 8 , estabamos en Fiumiccino, y no lo podia creer. de alli fuimos en tren hasta la Termini, y ya en la puerta nos atajaron unos italianos, con su gracioso acento ingles, tratando de alquilarnos un hotel, ya que nosotros ibamos solo con el Eurail Pass, pero sin reservas hoteleras.
Aceptamos el convite de uno de los tanos, y nos acompaño hasta un hotelucho metido en un edificio, en la Via Nazionale, clasicos en Europa, y en el cuarto piano, nos recibio la dueña, que nos ubico en una habitacion vieja, con techos altos, y sin calefaccion, por U$ 50, ya que en aquella epoca no existia el euro, y en algunos lugares aceptaban dolares.
Pasamos una noche fria , y en el baño hacia mas frio aun, la cuestion, que a la mañana , despues del desayuno, nos fuimos a buscar otro hotel, que por suerte a dos cuadras, sobre la misma Via, encontramos otro por el mismo precio pero mucho mas aceptable. Alli nos quedamos dos noches mas, y por supuesto, salimos a patear la ciudad de los Cesares, visitando el Coliseo, El Vaticano, Piazza Navona, Piazza España, llegando hasta las termas de Caracalla. Me queria beber todo de un solo trago, y asi por la noche estabamos exaustos, pero felices.
El tiempo que nos quedaba nos dedicamos a recorrer esta antigua ciudad color ocre, por Via Veneto, por el foro, hasta llegar a la iglesia San Pietro in Vincoli, donde esta la estatua del Moises de Miguel Angel, que no me queria perder, y es una de las esculturas mas hermosas y bien trabajadas que he visto en mi vida , ademas de la estatua de la Piedad, de Miguel Angel, situada en el vaticano, y a proposito del Vaticano, una mencion especial a La Piedad, otra maravilla artistica, y la capilla sixtina, que a pesar de concluir el recorrido del museo Vaticano, despues de haber pasado por tantos salones, y haber visto tantas maravillas, tanto escultoricas como pictoricas, como el sector dedicado a Rafael , igualmente uno queda perplejo y maravillado a la vez , y es dificil dar credito a lo que ven los ojos, con esa boveda escenificando la creacion. Nos despedimos de Roma, tomando el tren de la tarde, con destino a Florencia.
Miguel